Al fin llovió. Hizo falta una misa impretatoria, invocando a San Simón y San Judas Tadeo, vicepatronos de la ciudad, para que llegue el agua a Tucumán. La última lluvia se había registrado el 20 de junio pasado, según los meteorólogos. Juan Minetti, del Laboratorio Climatológico Sudamericano, afirma que el agua registrada ayer sólo sirvió para limpiar un ambiente polvoriento y que no fue tan significativa como para cambiar el elevado estrés hídrico existente. No descartó que se registren otras lloviznas dispersas, pero reafirmó que las precipitaciones más importantes pueden llegar a registrarse hacia fines de octubre y principios de noviembre. "Esas tal vez puedan mejorar la condición de humedad superficial del suelo, pero para ver una solución a los problemas en los embalses, tendremos que esperar las lluvias de enero", especificó.
La baja de la temperatura obedece al ingreso de un aire marítimo del sudeste. Por esa razón, el pronóstico para los próximos días prevé que el cielo esté mayormente nublado hasta el martes, con poco cambio de la temperatura. Según Minetti, ese día puede registrarse la temperatura más bajo, con 5° de mínima; ayer fue de 8,1°.
Desde el miércoles hasta la mañana de ayer, el termómetro registró una baja de la temperatura de 20 grados centígrados. El miércoles, por caso, el calor llegó a los 36,1°. Ayer, rozó los 13-14°.
Después del miércoles que viene, volverá el calor, según Minetti, pero no con la intensidad del de la semana pasada. "Las temperaturas máximas pueden oscilar entre los 20 y los 25 grados. No se prevén más calores fuertes hasta fines de mes", completó.
La próxima ola de calor importante puede llegar a observarse sobre los últimos 10 días de octubre. "Entonces es cuando se prevé más húmedas y, en consecuencia, precipitaciones más seguidas", dijo el director del Laboratorio Climatológico Sudamericano.
Según datos oficiales, en junio cayeron unos 22 milímetros. Los expertos consideran que el desfase hídrico en estos nueve meses del año es de 400 milímetros, si se toma en cuenta que el promedio anual de precipitaciones alcanza los 1.000 milímetros.
La lluvia alivió a la población, en general. Pero el campo aún espera que mejoren las condiciones para los cultivos.